viernes, 14 de diciembre de 2007

PEPIN LIRIA SE RETIRA DE LOS RUEDOS EN EL 2008



El torero de Cehegín dice en el anuncio de su despedida que sus sueños de triunfose hicieron realidad.

En octubre lidiará seis toros como único espada en Murcia.

«Creo que con esta decisión que acabo de anunciar hago feliz a mi familia: mis hijas, que es lo que más quiero en este mundo, van a descansar con mi decisión… Aunque conste que seré torero hasta que me muera…».

DIEGO VERA

«¡Siempre soñé con ser torero!. Desde que era muy pequeñito no recuerdo haber tenido otra ilusión, ni haber soñado con otra cosa: cerraba los ojos y me veía delante de una becerra…». Son palabras —emocionadas y emotivas— del torero de Cehegín Pepín Liria…

El torero había convocado a los críticos taurinos nacionales y regionales en un restaurante de Madrid, y allí mostró un escrito cuya lectura no le fue tarea fácil, porque sus líneas estaban escritas con el corazón y provocaban en su autor muchos sentimientos y alguna que otra lágrima reprimida a duras penas…

Y siguió el torero entre el silencio del medio centenar de informadores que éramos testigos de una Rueda de Prensa inolvidable… «Cerraba los ojos y me veía primero delante de uan becerra; luego, de un becerro; más tarde, matando un novillo. Pronto mis ilusiones alcanzaron a verme triunfar en mi pueblo de Cehegín…Luego, que se me abrían las puertas de la gloria en mi bendita plaza de Murcia, a la que ni con mi vida podré pagarle todo lo que me ha dado… Después, Sevilla, Madrid, Pamplona, Bilbao… Las Arenas de Francia… Nunca acabaría de citar plazas…».

Y el torero, que ha llevado el nombre de Cehegín y de Murcia por todo el planeta taurino, seguía con esta confesión pública, cada vez más emocionado…«Y en mis sueños casi siempre me veía triunfar. De vez en cuando, también imaginaba algún tropiezo, o algún percance. Pero ni siquiera los obstáculos me hicieron dudar. Menos mal, porque luego, aunque, gracias a Dios, logré el triunfo soñado, los obstáculos tampoco faltaron en mi vida. Pero me cogieron preparado. Ya mis anhelos de niño me avisaron de que la gloria del toreo no se regala, que hay que conquistarla…».

Pero aquellos sueños se hicieron realidad, y fueron numerosas las plazas que se le rindieron, que se rindieron ante su entrega, su valor, su plena disposición a un trabajo que más que eso era una vocación…

«Aquellos sueños se hicieron realidad. Y esa ha sido mi vida: soñar, luchar para hacer realidad los sueños, disfrutar con la realización de esos sueños. Tropezar… Seguir luchando… Encontrar algunos obstáculos que no imaginé, pero que también superé... Así, hasta hoy, en que, como estoy aquí, entre amigos, quiero hacer una confesión: me siento feliz con el camino andado…».

Nunca pensó que, inevitablemente, llegaría el momento en que tendría que prepararse para la despedida, y para anunciarlo a todo el mundo Pero a mediados de esta temporada última un día se le pasó por la cabeza. «Y, fíjense, se me ocurrió en el momento en que mejor me iba, cuando los triunfos se contaban por corridas. No me costaba ningún trabajo ponerme delante del toro y disfrutaba con una dulzura especial cuando me vestía de torero. Sin embargo, lo que son las cosas, fue entonces cuando la posibilidad de retirarme me vino a visitar…».

Ni él mismo encuentra una explicación a lo sucedido… «No sé por qué ocurrió. Seguramente por eso, porque estaba en un buen momento y se me ocurrió pensar que algún día tenía que ser, y qué mejor que hacerlo en plenitud, y no cuando no tuviera más remedio. Pensé que aunque había sido y era feliz toreando, no podía esperar que algún día me sorprendiera la desgana o que no me sintiera capaz de hacer el esfuerzo que he tenido que hacer siempre para ser lo que ahora soy…».

Y tras las reflexiones, descarnadas, como en una operación a corazón abierto, Pepín lanzó la conclusión… «Y en este tiempo lo maduré, me medí y tomé la decisión: cuando finalice la temporada 2008 dejaré de torear…». Y fue entonces cuando todos advertimos que se le quebraba la voz, y la sala prorrumpió en un aplauso unánime…

Respuestas desde el alma

Luego vino la Rueda de Prensa propiamente dicha, y, de nuevo, las palabras que contenían mucha verdad y mucha pasión… «Creo que con esta decisión que acabo de anunciar hago feliz a mi familia: mis hijas, que es lo que más quiero en este mundo, van a descansar con mi decisión… Aunque conste que seré torero hasta que me muera…».Y hubo tiempo para exponer un deseo, una especie de sueño tan importante para él como cuando, de pequeño, se dormía por las noches pensando en enfrentarse a una becerra… «Me gustaría que en esta temporada última para mí pueda estar en las plazas que las que triunfé. Sería muy bonito…. Estar en Sevilla, Madrid, Pamplona… En Francia… Estaré en mi Murcia, donde lidiaré mi última corrida. Será en octubre y a beneficio de la asociación de niños con cáncer y otras organizaciones humanitarias que lo necesiten. Será con toros de ganaderías a las que indulté algunos de sus ejemplares…».

Espera que sea un año muy bonito. Pero que nadie piense que se va a cortar la coleta… «No lo voy a hacer, porque quiero ser torero hasta mi último día, y sentirme torero hasta ese momento final».Fue entonces cuando uno de los informadores le preguntó si su vocación podrá volcarla en otras facetas del mundo del toro, como poner en marcha una ganadería… «No, no quiero hacerlo, prefiero mantenerme un tanto alejado, para no tener la tentación de volver…».

Y fue también entonces cuando todos coincidimos en pensar, seguro, que estábamos ante un gran torero que, al contrario de lo que ocurre en otros, ha sabido conjugar perfectamente la persona y el artista. Con Pepín, un ser humano extraordinario, va también una gran figura del toreo.
ATICULO DIEGO VERA

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